Ha llovido mucho desde que Leica lanzó su famosísima Leica M3: una cámara telemétrica revolucionaria en todos los sentidos y que marcó, sin dudas, un antes y un después en lo que a cámaras fotográficas se refiere. Algunas de sus "innovaciones" ya habían sido inauguradas por cámaras de otros fabricantes, sin embargo, en la M3, Leica las unió a las suyas propias para lograr una cámara considerada una obra maestra: telémetro incorporado al visor, palanca de avance rápido en lugar de perilla, inauguración de la famosa y aún viva montura M, selección automática de líneas de cuadros en el visor para diferentes distancias focales, aumento de 0.91x en un visor grande y luminoso, corrección automática del paralaje, reinicio automático del contador de cuadros, entre otras.
La Leica M3 va más allá de todos esos detalles mencionados: externa e internamente es una cámara fabricada bajo los más altos estándares de calidad, no superados incluso por la mismísima Leica en sus cámaras posteriores. La M3 es una cámara de lujo, construida para durar muchísimos años. Su funcionamiento es completamente mecánico, con materiales resistente como el latón y el vidrio, sin nada de plástico. Su mecánica es famosa por su precisión y por lo silenciosa que es debido, entre otras cosas, a su obturador de tela y la baja tensión de los resortes que lo accionan.
Pero, ¿podemos decir que hoy en día todos estos detalles son realmente importantes para elegir a la Leica M3 como una cámara de uso diario, considerando que las cámaras han evolucionado muchísimo desde que fue lanzada la M3 en 1954? ¿Qué puede ofrecer una Leica M3 que no ofrezca otra cámara?
Mi posición es racional al respecto. He tenido infinidad de cámaras en mis manos: Zeiss Ikon, Nikon, Hasselblad, Pentax, Fujifilm, Mamiya, Canon, Voigtländer, etcétera, así que puedo afirmar lo siguiente: no hay otra cámara que me haya brindado una experiencia fotográfica como lo hace la Leica M3. Sin lugar a dudas, Leica construyó una gran cámara, una leyenda. Es muy cuestionable, pero algunos incluso consideran que es la mejor cámara de 35mm jamás creada, al extremo de que ni siquiera la propia empresa se ha superado en el diseño de sus cámaras posteriores. Aún así, creo firmemente que hoy día disparar con una Leica M3 es también vivir la experiencia clásica de la fotografía. Y como todas las experiencias, hay mucho de subjetividad en ella.
Es cierto: la sensación de tener esta cámara en la mano es, cuando menos, diferente a todo lo que haya experimentado. La Leica M3 se siente y ve más como un instrumento de laboratorio que como una cámara tal y como las experimentamos comúnmente hoy. Así es también con todas las cámaras Leica anteriores con montaje de tornillo para la lente. Imagino que tiene que ver con el hecho de que Leica nace en una fábrica de instrumentos de precisión y sus cámaras tuvieron también esa manera de construirse. Leica ha perdido un poco ese estilo en cámaras posteriores con sus añadidos de plástico, más similares a las cámaras comunes del mercado.
En cuanto a calidad fotográfica, hay un detalle que me gustaría mencionar aquí: uno de los factores más importante es la calidad de la óptica y Leica es famosa además por fabricar lentes extraordinarias. Así que, sin dudas, una M3 con un Summicron (por ejemplo) debe producir fotografías estupendas.
Sin embargo, debes saber que es difícil encontrar una lente antigua de Leica en óptimas condiciones hoy día por dos razones. La primera es que los recubrimientos y los vidrios son suaves, por lo que la mayoría estará rayado o tendrá dañado su recubrimiento. Y la segunda es que pueden tener empañamiento interno provocado por la utilización por parte de Leica de aceite de ballena en los mecanismos, que se evapora con los años y se acumula en los cristales internos.
Aunque una buena limpieza interna puede resucitar estos lentes, los recubrimientos o cristales dañados son un poco más difíciles de restaurar. Se dice que el daño en los recubrimientos no tienen mucho efecto en el resultado de la fotografía, pero es obvio que una lente con daño muy notable en sus recubrimientos tendrá menos contraste y será más propensa a los destellos cuando apuntamos hacia una fuente de luz. Una alternativa es utilizar lentes Leica más recientes, aunque ello implica generalmente un desembolso de dinero importante.
También se debe tener en cuenta que la Leica M3 no tiene líneas en el visor para lentes de 35mm, por lo que quien disfrute de esa distancia focal tendrá que buscar una lente de 35mm especialmente diseñada para esta cámara y que viene "con gafas" para utilizar las líneas de 50mm al encuadrar. Para distancias focales menores a 35mm será necesario un visor externo para encuadrar, lo que mermará calidad a la experiencia fotográfica con esta maravillosa cámara.
Creo que disfruto mucho el visor de la M3: grande, luminoso, nítido, limpio. Como su aumento es casi igual a la realidad, puedo encuadrar y enfocar con ambos ojos abiertos sin problema, cosa que permite tener una vista completa de la escena y un mayor contacto visual con el modelo o motivo. Es realmente muy fácil enfocar rápidamente con el telémetro, mucho más sencillo que con una réflex de enfoque manual. Y algo importante: no hay retraso en el obturador, así que para quienes sean un Cartier-Bresson, esta cámara es ideal para capturar esos momentos decisivos que depende de fracciones de segundo.
Otro detalle interesante hablando sobre calidad: es posible obtener una mejor nitidez con una Leica por dos razones. La primera es que la alta calidad del visor y el telémetro ayudan sobremanera a tener precisión en el enfoque. La segunda es que hay menos vibración por la ausencia del espejo típico de la réflex. En mi experiencia, no he obtenido imágenes trepidadas aún con velocidades bastante bajas como 1/20 segundos.
Claro, muchas cámaras digitales hoy son capaces de brindar todas estas características y más, pero ten en cuenta que muchos de esos estándares actuales son así simplemente porque Leica los estandarizó en la M3. Tener una Leica M3 es entonces vivir la fotografía desde una perspectiva diferente, mucho más clásica, refinada y por qué no, glamurosa. La Leica M3 es una cámara que querrás llevar a todos lados y eso sólo puede hacerte bien, ya que te inspirará a tomar más y mejores fotografías.
Dicho todo esto, ten en cuenta que una Leica M3 puede requerir servicio para ser usada a plenitud, si es que no se le ha realizado recientemente. Para tener una idea más precisa, algunas de las imágenes aquí mostradas está ligeramente desenfocadas producto de que el telémetro de la cámara que utilicé estaba desajustado. También necesitó un ajuste para que la velocidad de 1/1000 funcionara correctamente. Las imágenes abajo fueron tomadas después de dichos ajustes y se puede apreciar una mejora considerable en la nitidez de la fotografía.
¿Tienes una Leica M3? ¿Qué opinas?
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